3.- EN INGLATERRA


OXFORD, BLENHEIM Y LAS COTSWOLD


18 de julio.
 KM: 217
LUGARES VISITADOS: En OXFORD, el Christ Church o “The House”, el Magdalen College y la Biblioteca Bodleiana. El palalcio de Blenhein y zona de los Cotswolds (Chipping Norton y Chipping Chapdem)

Hoy hay que salir de Londres lo que me aterroriza. En la recepción nos dan un plano dibujado que tratamos de seguir. Londres me parece un laberinto. El primer intento es fallido, pero al segundo lo vamos consiguiendo. Al final: más de 20 km hasta encontrar la M-40 dirección Oxford y desde las 9,20 en que salimos, nos dan las 11 sin atascos. Londres carece de “M” o “ring”, éstas u otras carreteras con la correspondiente numeración son vulgares calles de un solo sentido, y es enormemente extensa.


Llegando a Oxford, optamos por el “Park and Ride”, señalado con una C+P sobre un gran cartel azul. Es un medio barato y rápido ya que en 15 minutos estamos en el centro. Nos acercamos al .Christ Church o “The house”,  el colegio renacentista más grande y prestigioso de Oxford. Es el primer colegio mayor que vemos y nos impresiona la elegancia y sobriedad del edificio y la espléndida escalera de la entrada rematada por una bóveda en abanico. Al parecer alguna escena de la película “Harry Potter” se rodó aquí. El orden, la quietud, sosiego y elegancia invitan al estudio. El segundo colegio que intentamos visitar,el.Merton College estaba cerrado así es que nos dirigimos al Magdalen Colege.

Igualmente precioso llamándonos la atención especialmente el comedor que con un techo muy alto, su iluminación a través de lámparas individuales para cada comensal y sólo el ruido de los cubiertos y los susurros lo impregnaban de una atmósfera especial quietud. Este colegio, al lado del río, tenía un pequeño parque con ciervos. De aquí fuimos a la biblioteca Bodleiana con un patio interior cuadrado  del XVII a la que se abren distintas puertas en cuyos dinteles figuran los nombres de las distintas escuelas (filosofía, matemáticas, et.). Al fondo, la escuela de Teología con una impresionante bóveda estrellada. La zona de los libros no es visitable. 

De  vuelta tomamos la A44 rumbo al palacio de Blenheim (XVIII), lugar de nacimiento de Wiston Churchill. Y este lugar es absolutamente impresionante. Es el primer palacio inglés que vemos y  lo primero que nos sorprende son los jardines: inmensas extensiones de prados verdes hasta donde se pierde la vista salpicados de grandes arboles perfectamente proporcionados. Ni una brizna de mala hierba. No falta aquí un gran lago. Parece un paisaje casi perfecto en el que se enmarca el enorme y elegante edificio que es el palacio. 

Si su exterior nos impresiona, no menos su interior: altos salones, exquisitamente decorados con un elegante  mobiliario y nada recargado. Solo es posible visitar algunos salones de la planta inferior. Luego nos dijeron que el “National Trush” ofrece la ventaja a los propietarios de continuar habitando una parte de los lugares históricos, cediendo la otra para su visita, pero de la conservación de todo el edificio se encarga esta entidad. Paseamos por otra parte de los jardines en la que se alternaban las fuentes con los parterres.  Un camino lleva a una cascada y la vista se sigue perdiendo en inmensas extensiones de verdes prados. Decidimos tomar un pequeño tren que salía del otro lado del palacio donde estamos, cerca de la entrada. Faltan 15 minutos para que parta y casi corriendo no llegamos. El tren nos lleva por los jardines hasta la zona llamada “adventure area” donde hay un tablero de ajedrez gigante, un mariposario perfectamente aclimatado y un laberinto en el que pasamos un rato divertido, sobre todo los niños. 

De vuelta y por la misma A44 nos dirigimos hacia  Stratford Upon Avon dando una vuelta por las Cotswolds resultando ser una zona preciosa con sus casas blancas con tejados de leña o brezo o de piedra gris  y dorada. Dejamos atrás  Chipping Norton y la Chastleton House que no conseguimos ver porque estaba cerrada. Por la B4081 llegamos a Chipping Chapdem precioso y pintoresco pueblo de armoniosas casas de dorada piedra alineadas a lo largo de la calle principal.

 Por la B4632 llegamos  a Stratford donde en el enorme parking de la estación de autobuses y del  centro comercial hay una zona para caravanas. El centro comercial dispone de baños aunque a partir de determinada hora solitarios. Tranquilo y agradable, ya que estaba al lado de un campo plagado de conejos que salían corriendo en nube delante de los niños.



HACIA EL NORTE POR STRATFORD Y CHASTWORD
19 de julio.
Km: 343
Lugares visitados: En STRATFORD UPON AVON, la casa natal de Shakespeare (exterior), la Harvard House (exterior),  y la Hathaway’s Cottage y el Castillo de Chatsword.
Pernocta: Camping en granja de Copmantrhorpe, cerca de York

 Stratford upon Avon es una preciosa y pintoresca ciudad cuna de Shakespeare que conserva casas del siglo XV, entre ellas la natal de este escritor, en donde la madera y el cristal emplomado unido al gusto de los ingleses por conservar su pasado y cuidarlo, da ( lugar a una armoniosa arquitectura  integrada en pleno siglo XXI. Esta ciudad, en que la que está también la Harvard House, merece un buen paseo y si se dispone de tiempo entrar en sus librerías nos sorprenderá por la variedad de libros y su precio que resulta barato incluso para nosotros. 

Después de comprar un buen mapa de Gran Bretaña por 2 libras y dos diccionarios fuimos directos  hacia la Anne Hathaway’s Cottage, que mas que un “cottage” o casa de campo, se trata de una preciosa granja del XVI en donde se conserva todo como si sus moradores fueran a  aparecer en cualquier momento. Todo en su sitio perfectamente conservado y cuidado: huerto, jardín, e interior. 



Desde aquí al castillo de Chasword dejando atrás Coventry, Leicester y Chesterfield. Llegamos a comer a las 2 y media. Como Blenhein, precioso lugar, maravillosos jardines salpicados por cientos de puntos blancos –ovejitas-y carteles que avisaban de las atropelladas durante el año pasado, rogando una conducción prudente. . El terreno aquí es más accidentado que en Blenheim, pero el diseño de los jardines ha sabido aprovechar esto dotándolos de distintos ambientes, zonas oscuras o más umbrías, roquedales y su laberinto o “maze”. La suave y, como no, verde loma cercana al palacio ha sido aprovechada para hacer una especie de escalera de agua donde ésta desciende formando pequeñas y distintas cascadas. El interior es más lujoso que Blenhein, incluso resulta algo recargado con frescos en todos los techos. Es otro derroche de lujo. 

Aquí  estuvo prisionera María Estuardo, conservando sus estancias. Hasta ahora, sólo en las películas había visto estos grandes comedores con enormes y espléndidas mesas con sus vajillas, cubertería, centros, candelabros... Ahora en dos días, era el segundo que contemplaba. Es sábado y los ingleses pasan un día de campo allí: extienden sobre el césped sus mantas a cuadros y sacan la cesta cuadrada de mimbre con la comida. La sorpresa viene cuando vemos los “manjares” que degustan: nuestra tortilla de patata , chorizo, jamón o filetes empanados con melón o sandia son sustituidos por una gigantesca bolsa de chucherias que contiene una especie de revuelto de cortezas, patatas fritas, gusanitos y otras delicias para los niños que devoran todos con deleite.


A las 16,45 salimos rumbo a York, e intentamos llegar antes de que a las 6 cerrara la catedral. Como era de esperar, no llegamos. Por los alrededores de esta ciudad intentamos buscar un lugar para pernoctar, pero son curiosos los pueblos ingleses: no hay zonas comunes, como plazas, solo casas adosadas con sus jardines que dan a la carretera. Localizamos el “P+R” (Park and Ride) al lado de un centro comercial con un enorme parking, pero estaba demasiado solitario. Seguimos una dirección de camping que nos llevó a una granja que en un prado anejo a ella tenía caravanas, movil-home y tiendas dispuestas alrededor, dejando un espacioso y verde prado en el centro. Un pequeño edificio con 2 WC, 1 ducha (20 peniques) y 1 fregadero, limpios, eran los servicios comunes. 10 libras los 4 y el sitio era muy agradable y tranquilo.El pueblo se llamaba Copmantrhorpe. Los “vecinos” nos ofrecieron un te o café, que agradecimos pero que no tomamos, y a las 10 ya estábamos en la cama.

A ESCOCIA: YORK, FOUNTAINS ABEY Y DURHAM

20 de julio
 KM: 302
Lugares visitados: En YORK, la catedral (exterior) y las  Shambles, Fountains Abbey y la catedral de Durham.
Pernocta: Aparcamiento de la oficina de turismo de Jedburgh (abajo)

Día soleado, aunque ventoso. Rumbo a York, al P+R, pero son las 9 y hasta las 10,00 no hay autobús (es domingo), así es que después de mantener una entretenida conversación con un conductor de autobuses que repetía una y otra vez “kapa” y que resultó ser “car  park” –que jodía manía de esta gente con no pronunciar las “erres”- nos vamos en la camper y aparcamos cerca de la catedral que hasta las 11,30 no dejan visitar por lo que no pudimos pasar en su interior de unos pocos metros. Lo poco que vimos nos impresionó: su altura, su amplitud, su luminosidad...la vista se pierde hacia arriba y hacia el fondo así como entre los arcos apuntados y sus esbeltas columnas...Lamentando nuestra doble mala suerte, nos dirigimos a las “shambles”, preciosa zona salpicada de casas de madera combinadas con sus grandes ventanales de cristal  destacando una estrecha calle en la que se alinean casas cuyas  plantas superiores parecen casi suspendidas sobre la calle. De vuelta compramos una baguette por la que pagamos 90 peniques (unos 200 pts). 


Y sin nada que resaltar llegamos a Fountains Abbey que nos causó una enorme impresión por su belleza y grandeza: encajada en un verde valle aparecen las ruinas de lo que fue en su día una enorme abadia cisterciense. Las ruinas enmarcadas en un precioso paisaje verde  se suceden unas a otras creando un lugar de una belleza especial. Es curioso pero los edificios en ruinas lo dotan de una belleza única que posiblemente no tuviera si se encontrara completo. Hasta las ruinas parecen perfectamente conservadas y cuidadas. Y más de lo mismo: familias con su manta extendida y su cesta de mimbre pasando el día en este apacible  lugar y comiendo chucherias.


Partimos después de comer hacia Durham, a su impresionante catedral normanda del siglo XI. Situada en lo alto de la ciudad y en una bonita plaza, la entrada está precedida por un cementerio en donde, como en todos, las centenarias y grises lápidas se levantan sobre verde suelo. Del interior de la catedral destacan sus vidrieras y la decoración con distintos motivos geométricos de las columnas. La impresión es de equilibrio, proporción y solidez. Después de hacer una pequeña compra (3 € una docena de huevos) nos dirigimos a Newcastle y de aquí a los Borders. 

ENTRAMOS EN ESCOCIA

A primera vista el paisaje aparece arbolado con suaves lomas. Por asociación desciframos una curiosa señal de peligro que en su interior ponía “blint split”. Esto hace referencia a unos badenes muy pronunciados que resultan realmente peligrosos si no se disminuye la velocidad. Fuimos siguiendo el muro de Adriano por la B6318 del que sólo conseguimos ver desde lejos un pequeño trozo muy cerca del cruce que nos dirigió hacia el norte a Jedburgh en donde en el aparcamiento inferior de la oficina de turismo (tiene otro arriba), tranquilo, semivacio y en el centro de la ciudad decidimos pasar la noche. Paseamos por este pueblo contemplando desde fuera su abadía, en ruinas, pero al igual que en Fountains, muy bonitas. Curiosa gente estos ingleses: compraban la cena en un “take away” y se lo llevaban al coche en donde se lo comían permaneciendo en su interior,  pero no uno o dos, sino un montón de parejas, que por cierto, no hacían nada más.

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